Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 10 de diciembre de 1860
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 55, 809, 810
Tema: Presupuesto de Fomento

El Sr. SAGASTA: Empiezo por hacer notar que el Gobierno sigue en silencio, y lo siento, porque creo que está en el deber de decir algo. Quizás me convenza de que es necesaria esa sección en Navarra; quizás, cediendo a mayores datos que el Gobierno debe tener, y a sus mayores conocimientos en estas como en todas las demás atenciones de su cargo, mude yo de parecer; pero voy a rectificar a los que han hablado, ya que el Gobierno no ha tenido por conveniente hacerlo.

El Sr. Camprodon me ha hecho un cargo porque dice que me he sulfurado. Me incomoda, es verdad, que cuando se trata de aumentar los gastos del país, siquiera sea en pequeña cantidad, se haga con la poca formalidad que se ha hecho hoy aquí. Esto me incomoda, es cierto, como debe incomodar a todos.

Ha manifestado el Sr. Camprodon gran extrañeza por mi manera de tomar parte en esta cuestión, cuando el Gobierno estaba autorizado para plantear esas innovaciones donde las creyese necesarias. ¿Las ha planteado en Navarra? Pues el Sr. Camprodon se ha contestado a sí mismo. Si no propuso esa innovación para Navarra, es porque no la ha creído necesaria: ahí está la contestación. Y voy al Sr. Marichalar, porque no ha dicho otra razón el Sr. Camprodon.

Es verdad, Sr. Marichalar: S.S. me ha recordado un momento muy agradable para mí en que tuve el gusto de abrazar a S.S. sobre el estribo izquierdo, creo que ha dicho S.S., del puente sobre el Aragón, y con ese motivo extrañaba que no reconociera que en aquella provincia se estaba haciendo en ferrocarril, y que reconociendo eso, no reconociera que necesitaba el Gobierno tener datos sobre el modo de construir esas obras. Pero el Sr. Marichalar ignora una cosa, y es, que el Gobierno puede tener todos esos datos porque: tiene una inspección especial del ferrocarril que se entiende con la dirección de obras públicas: de consiguiente, esa sección de Fomento nada tiene que ver con ese ferrocarriI .

Otro asunto que debe ocupar a las secciones de Fomento: las carreteras provinciales. El Sr. Marichalar, dice, y es verdad, que Navarra hace sus obras provinciales. Las hace todas; pero ¿es verdad también que los proyectos de esas obras, tienen que venir a la aprobación del Gobierno? ¿Cuándo? ¿Desde cuándo vienen? Hasta ahora no tenía noticia de que el Gobierno entendiera en la aprobación de esos proyectos; hasta hace poco no han venido; y de cualquier [809] manera que sea, el Gobierno, que tiene sus agentes para esas obras, ¿no tiene ninguno en aquella provincia?

De modo que las únicas razones que da el Sr. Marichalar quedan destruidas, y claro está que la sección de Fomento es innecesaria.

Repito que no me oponía de ninguna manera a que en Navarra se estableciera esa sección de Fomento si se creía necesaria; pero como creo que no va a servir más que para tener unos pocos más de empleados que se van a fomentar a sí mismos, no la considero necesaria, y me parece que el Gobierno ha de creer lo mismo que yo.

(Habla el Sr. Ministro de Fomento.)

El Sr. SAGASTA: Señores, lo que mucho cuesta, dicen que mucho vale. Trabajo me ha costado que el Sr. Ministro de Fomento tome la palabra en esta cuestión; pero al fin ya lo hizo. S.S. ha dicho bien: yo tengo mucho gusto en oírle siempre; pero pocas veces me ha satisfecho, y ahora menos que nunca. Hasta que el Sr. Ministro de Fomento ha hablado, nadie se acordó de minas ni de montes; se habló; de caminos de hierro, de carreteras, de obras, públicas en general; pero tornó la palabra S.S. y, ya no hay caminos de hierro ni carreteras ; ya no hay más que minas y montes. Pues yo, francamente, no tengo noticia de ninguna mina, importante ni no importante de la provincia de Navarra, y creo, muy bien que eso que ha de hacer, la sección de Fomento, aun respecto de los montes, bien me parece que podría hacerlo el gobierno civil de la provincia, que tiene muy pocas cosas que hacer, y que podría atender a esas otras sin mal alguno de los demás asuntos que están a su cuidado. Pero hay precisamente, y para cortar unos pinos; se necesita en Navarra una sección de Fomento. ¿Cómo no ha habido hasta ahora esa necesidad? ¿Cómo no se presenta esa necesidad hasta después de estar el presupuesto en la comisión, donde precisamente S.S. no aceptó esta modificación? Curando S.S. se oponía al establecimiento de esa sección, estaba en su lugar, tenía razón; hoy no la tiene creyéndola necesaria. En la concesión de Presupuestos se propuso este asunto; la comisión no ha querido hacer alteración alguna sin contar con el Gobierno; la comisión no la aceptó; luego es de suponer que sino la aceptó, fue con el beneplácito del Sr. Ministro.

IY que cosa tan particular, señores! Hasta ahora los montes no han necesitado secciones de Fomento, y hoy que se están vendiendo, hoy que pasó a manos de los particulares, es cuando se creen necesarias para su aprovechamiento. Es preciso no hacerse ilusiones: el Sr. Ministro de Fomento estaba en su lugar negando esta partida; hoy no lo está admitiéndola, y no sé cómo una cuestión tan insignificante merece la pena de que S.S. se ponga de un día para otro en una contradicción tan palmaria.



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